Peter Handke nació en Griffen, Austria, en 1942, pero ha vivido en Düsseldorf, Berlín, Kronberg y Salzburg. Desde 1990, reside cerca de Versalles, en Chaville. Es dramaturgo, poeta, novelista, traductor, guionista y director de cine, y en todas sus obras abre y recorre caminos expresivos que escapan a los cauces que excava y dicta el poder. En su serie de ensayos sobre el cansancio, el jukebox, el día logrado, en las novelas La ausencia y El chino del dolor o en ensayos narrativos como La doctrina del Sainte-Victoire o Cuando desear todavía era útil, –que recuperamos en Temporal en una nueva edición traducida por Adan Kovacsics, y que incluye el poema Canción de ser niño–, Handke persigue un compromiso con el sentido de las palabras que sea reflejo de un compromiso ético con el presente. La soledad, el amor, la historia labrada en los rostros y en los objetos, la arquitectura del mundo construido y destruido, la guerra y las guerras, la naturaleza buscada y encontrada en la periferia de ciudades y discursos, cobran luz primera en sus textos. En 2019 le fue concedido el Premio Nobel de Literatura.